Aprendiendo a disfrutar de la belleza de nuestro ser.
Les invito a disfrutar de nuestra esencia de mujer, de esa gran
belleza de nuestro ser. Por ejemplo:
algo que es muy natural en nosotros es la menstruación, y cuántas mujeres lo
consideran una maldición, se la pasan quejándose y portándose insoportables,
mes tras mes.
Cierto que a veces es incómodo, lo acompañan cólicos y dolores fuertes, y todo lo que las mujeres sabemos.
Cierto que a veces es incómodo, lo acompañan cólicos y dolores fuertes, y todo lo que las mujeres sabemos.
Pero por qué no aceptarlo y verlo desde otro punto de vista más positivo, y
disfrutarlo como un distintivo de nuestra naturaleza procreadora.
A pesar de
que la corriente feminista está en su apogeo, no todos los medio nos la
presentan desde su realidad, sino más bien nos la presentan como una opción que
esclaviza, que nos hace perder de vista la realidad de delicadeza y verdadera
femineidad.
Es importante
conocer los derechos que los demás tienen para nosotros, pero más
importante es también conocer los
nuestros, en su esencia, para dar testimonio con la vida e invitar a hacer más
visible ese sentido de respeto.
La clave la
tenemos mujeres, pero hay que desarrollarla y no dejarnos llevar o engañar por
corrientes de modernidad.

Sucede que
cuando nuestro cuerpo alcanza su madurez
procreadora, se despierta para su función. Siente entonces como una
necesidad de buscar su complemento del sexo opuesto, esta es nuestra parte
animal.
Pero nosotros estamos creados a imagen y semejanza de Dios, con
razonamiento, inteligencia y libertad; así como también la capacidad de amar,
es por eso que no nos vamos a dejar llevar por estos síntomas del cuerpo, sino
que lo vamos a educar. Así como nosotras las mujeres somos muy finas y
delicadas y no cualquier baño solemos usar, y tenemos mucho cuidado de higiene
en muchas cosas, esa misma delicadeza de cuidado y control deberíamos usar para
nuestra sexualidad. No la vamos a frustrar, sino vamos a encaminarla para darle
el uso correcto, duradero y gozoso como fue creado.
En estos
últimos años se ha perdido el verdadero sentido del amor y de ahí parten muchos
problemas que actualmente afrenta
nuestra sociedad. No es que solo nosotras tengamos la culpa, pero si tenemos
responsabilidad y un papel muy importante, que con nuestro empeño y esfuerzo
puede ir mejorando este sistema de
modernismo.

Hablo de
nosotras que tenemos una visión más amplia, más allá de todo límite. Que cuando
queramos y nos preparemos, juntas vamos a reparar lo herrado. No se trata de una
comparación de quien hace más, el hombre o la mujer. Sino de una
complementación, de una adecuada retribución de actividades, en busca de un
mundo mejor.
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