Educar.

Enseñarle que uno de
los valores más importantes es la humildad,
y esta no consiste en mucho investigar, sino en andar en verdad, como dice
santa Teresa De Ávila, y esto sólo lo puede aprender, viéndolo en la vida; de
esta manera muchísimos problemas le puedes evitar, porque un niño portador de
humildad a muchos más puede ayudar. Cuesta, pero todo lo que cuesta es porque
vale la pena, sobre todo si es un valor para toda la vida.
Conocer.
Tú puedes conocer a los niños, no sólo a los que vivan contigo, sino
también a todos los que te encuentres por el camino de la vida. Cuando tengas a
uno de ellos cerca de ti, míralo a los ojos, y así poco a poco conocerás las
riquezas que tiene para compartir contigo, o si te necesita y a gritos internos
te está pidiendo ayuda y atención.
A cualquier niño puedes conocer internamente, limpio o sucio, educado o
indisciplinado, rico o pobre, sólo intenta descubrir su maravilloso mundo y lo
lograrás.
Bríndale tu confianza, tu comprensión, pero sobre todo brídale tu amor.
Ellos tienen mucho para nosotros, son capaces de llenar cualquier vacío, o
cambiar inquietudes que existen en nuestro corazón. Sólo ámalos y deja que
ellos también derramen sobre ti, su más puro e inocente amor.
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