Mujer, mujer, mujer.

En medio de esta cultura de muerte que se está promoviendo, necesitas
parir más seguido, pero no sólo biológicamente, sino en lo esencial, en lo que
actualmente más se carece, en el amor.
Ama y déjate amar, porque no puedes dar lo que no eres consciente
de haber recibido.
Educa en la fe en los valores, en convicciones, que estas no
son cuestiones de moda, sino cimientos humanos, que garantizan la
supervivencia.
Cuando escojas colegios se cauta e inteligente, y no te
inclines a aquellos que fomenten la falsedad y la mediocridad, que promuevan la
hipocresía y la falta de humildad; esa falta de coherencia entre conocimientos
y vida, ya que no favorecen la madurez e
integración del ser humano.
Todas las mujeres somos muy agraciadas, tenemos belleza, sin
embargo a veces no nos damos cuenta, y no lo aceptamos. Influenciadas por
comentarios que nos han hecho desde
nuestra infancia, y, o por personas ciegas que tienen, o se hacen un prototipo
muy corto de la belleza femenina, cuando
está en realidad es muy extensa. Pero, arréglate, que eso es lo que motiva y
estimula a valorar tu belleza, tanto interna como externa, que se vea que
quieres acoger agradable y amablemente a los
demás.
Las mujeres somos talentosas, inteligentes, con sentimientos
muy bonitos y profundos. Claro cuando no son opacados por la soberbia, complejo
o herida, que nos impidan ser nosotras mismas y dar lo mejor que tenemos.
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