
“Mamá, ¿Dónde estás?”.
Desperté en la
madrugada,
y no pude mirarte, pues ya no estabas.
Salí por la
oscuridad de los árboles,
avanzaba, creyendo encontrarte,
y, tampoco estabas.
Hoy ya ha
pasado mucho tiempo,
Tus recuerdos
los vivo en el murmullo del viento.
Pero, ¡Madre!,
mirarte sería mi contento.
Ya no puedo pues
vivo en un convento,
y aún pasa más el tiempo.
Tornándose las
horas
en que tú no estabas en años,
marcadas por grandes daños.
Abro los ojos y
pregunto:
¿Mamá, donde estás?-
estás donde te siento,
acariciándome con la brisa
cálida del viento.
Y ya no pregunto
-¿Dónde estás?,
pues estas conmigo en todo momento,
te siento velar por mí,
desde
tu lejano aposento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario