Empatía.
Quiero invitar y al mismo tiempo exhortar a los padres de familia y en
general a todas las personas que tengan bajo su cuidado a los niños, a que se
pongan siempre en lugar de ellos, a ponerse en sus pequeños zapatitos, en toda
circunstancia y acontecimiento, a la medida que nos sea posible. Trayendo
siempre a la memoria el tiempo que
ustedes fueron niños, cómo pensaban, qué sentían, como veían las cosas, los
adultos, los regaños, sus sentimientos ante lo que era justo y lo que no. Para
no permitir que siga ocurriendo lo mismo.
Recordemos cómo nos hablaban los adultos, si era con rectitud y
paciencia, ¿por qué entonces queremos hacer sentir a nuestros pequeños algo que
a nosotros nunca nos dejaron sentir pues nos trataron siempre muy bien?
Por eso hago una invitación, para todos aquellos que han pasado por algún problema, que les es
difícil superar, busquen ayuda. Psicológica y espiritual; ahora la ciencia y la
tecnología están muy avanzadas, no es momento para estancarnos, sin ser, y sin
dejar ser felices a los demás. Pues necesitamos la ayuda adecuada, para sanar
un alma lastimada.
Muchos niños van creciendo arrastrando las huellas de sus almas heridas
y lastimadas, y nosotros los adultos no nos damos cuenta muchas veces.
Por favor no amarguemos la infancia de más niños, no les
construyamos cadenas que tengan que ir arrastrando, toda su
adolescencia y su juventud, haciéndolos sentir por su camino, como desdichados.
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