Valórate.
Es importante tomar
conciencia del enorme valor que tenemos. De lo valioso que somos como seres
humanos. Sólo así podemos valorar a los demás y dejar que los otros nos
valoren, no por lo material que poseas, o por tu físico, sino por la maravilla
de tu dignidad, por ese precioso conjunto que forma tu ser.
Todo tiene su tiempo y
su momento, pero existen vicios, que llevan tras de sí, grandes consecuencias,
de las que no se puede huir, sino afrontar. Y no te dejes engañar, por la
típica frase, tan escuchada, “voy a
rehacer mi vida”. Pues creo que esa es una gran mentira, en primera porque la
vida no la hiciste tú, sino Dios; y si tú por hacer mal uso de tu libertad, te
trazaste un camino que te parecía prometedor, y ahora lo ha dejado de ser.
Entonces analiza, por qué ya no lo es, o que está faltando, y corrígelo; date y
ofrece otra oportunidad. Pero no te vayas con la finta, que yo he escuchado,
por mencionar un ejemplo, el caso de un
joven de 21 años y una chica de 19, se juntaron y tuvieron 2 hijos, y después
de 10 años, el joven se separa y andaba buscando otras chicas, pues se
consideraba en edad propia para “rehacer su vida”. Y casos como este existen
muchos, que podríamos seguir mencionando, ejemplos de gente equivocada, que
huye y evade responsabilidades, pensando que así será feliz. Personas que
quisieran tapar el sol con un dedo, o más bien quisieran que no existiera el
pasado, en el que tomaron grandes decisiones que no quieren cumplir ahora.
Sólo tomate tu tiempo,
vales la pena, por eso antes de lanzarte a una relación sexual, sólo piénsalo
una vez más. De aquí a mañana muchas cosas pueden pasar, muchas cosas puedes
evitar, y por la oportunidad de tu vida, hoy puedes optar.
Antes de inhalar eso
que crees tú que te va a hacer sentir fantástico, sólo piénsalo una vez más.
Pide ayuda, y date la oportunidad de decir ¡no! Busca y encontrarás.
Si ya has bebido,
antes de ir a la fiesta, date al desafío de ya no continuar, o reducir cantidades,
o incluso cambiarlo por bebidas no alcohólicas. ¡Anda! TÚ puedes ponerte tus
propias metas, desafíos y lograrlo. Tú puedes llegar muy alto, sólo inténtalo,
pues eres una persona muy valiosa y muy capaz.

Este volver a nacer,
es el que nos abre una gran puerta al cambio en una misma situación.
Visualizando y releyendo nuestra historia, y viendo en ella la mano de Dios, le
da un nuevo sentido a la realidad, con y desde Dios.
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