Sin
luz es imposible ver.
Evangelio de San Juan 8,12. “Jesús les habló otra vez y les dijo: Yo soy
la luz del mundo, el que me siga no vivirá en tinieblas, sino que tendrá la luz
de la vida.”
La vida, para que sepamos lo que es verdadera vida, necesitamos luz, de
lo contrario pensaríamos que cada vez que me sumerja en el placer desordenado o
en aventuras prohibidas que atentan contra mi bien y el de los demás, pensaría
que es vida, pues estoy disfrutando, equivocadamente, pero lo estoy disfrutando.
Yo no podría
saber que tan equivocada estoy, sino es a través de la luz interior.
Sólo él nos puede iluminar cuando estamos por caminos oscuros y
peligrosos, nos pondrá en alerta.
Si por ignorancia nos metemos por donde no debemos, él nos va a alumbrar para saber cómo salir
sanos de esa situación.
Hay mucha gente
que se equivoca y no se da cuenta, vive con los ojos cerrados, por lo tanto no
logra atinarle a muchas cosas, cometiendo errores, lastimando a los demás,
metiendo la pata, etc.
No se da cuenta, sólo se dará cuenta si acepta que está en oscuras, y
que necesita luz, y que el único que puede prender un gigantesco reflector en
su vida, es Jesús.
Por lo tanto, siguiendo su vida, sus pasos, su doctrina es que tendremos
abundante claridad ante lo que acontece o deja de acontecer. Ante lo que
realizamos o vamos a realizar.
Sólo en Jesús se
encuentra está claridad, y teniéndola nosotros es que podemos guiar y ayudar a
los que no lo tienen, para que se acerquen a Aquel que lo da.
No con
palabrería, sino con nuestro testimonio de vida y con sencillas expresiones
de cariño y amor. Esto habla muy fuerte
de la obra de Dios en nuestra vida.
Hna. Fátima Sánchez O.C.D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario