sábado, 12 de julio de 2014

DE: "PINCELADAS DE ARMONÍA EN LA MUJER 1"



    Virtudes cardinales.

  
La prudencia: valorar los conocimientos con base en criterios rectos y verdaderos; valorar las consecuencias favorables o desfavorables del acto y actuar según lo decidido. Discernir cuando es prudente opinar o  callar.
La justicia: es dar a cada quien y a cada cosa lo que le corresponda.
La fortaleza: nos inclina a enfrentarse al peligro y al trabajo sin vacilar, nos libra de la esclavitud del miedo. Es lograr en situaciones ambientales perjudiciales una mejora personal, resistir las influencias nocivas, soportar las molestias y entregarse con valentía en caso de poder influir positivamente, para vencer las dificultades y para acometer empresas grandes.
La templanza: es moderar los instintos, impulsos y el uso excesivo de los sentidos. Sujetándolos a la recta razón y evitando así enajenarse o caer en un vicio o error irreparable.
(La descripción de estas virtudes la tomé de un taller con el psicólogo  Rodolfo).
 
De algunas de estas virtudes se derivan otros valores.
Mujeres, estos son los materiales de los que debemos  construir nuestro hogar, nuestra vida. Con estos conceptos hechos vida, podríamos decir que estamos lo suficientemente armadas para darle fin a esta etapa de la historia de la humanidad, tan llena de suicidios, y falta de sentido, etc. Dando nosotras un giro, con un comenzar diferente, más sano, más humano, más sincero y más real.
Es así como se empieza a caminar, desde la comprensión de lo mejor de nuestra femineidad, hasta lo más profundo de nuestra  misión  poniendo los medios  que nos  permitan abrirnos a la felicidad.

sábado, 5 de julio de 2014



Hagámoslos felices.

El objetivo al que me refiero con el trato de los niños, no únicamente abarca, educación, disciplina, el no maltratarlos, y saber escucharlos. Sino  que va más allá, y consiste en hacerlos felices, con aquello que sabemos que los hace felices, los juegos, los cuentos, las golosinas (tampoco se trata de irse al otro extremo con estas, de tal manera que les haga daño, que no es lo que perseguimos).sino premiando sus esfuerzos, con aplausos, porras, contarles chistes sanos, adivinanzas, en fin. Existen tantas cosas para hacer felices a los niños.

  








 Los niños son como pequeños soldaditos,                                                                                
   valientes ante el dolor,                                                                                                             
   y capaces de luchar                                                                                                  
  con puro corazón.
  Los adultos los invitan a luchar,                                                                                                       
  pero no siempre los suelen preparar,                                                                                       
   pues nunca les dan las      armas                                                                                                                          
 con las que la batalla han  de enfrentar.
Estos es muchas veces cierto, si tan sólo nos preocupáramos, aunque sea tantito en cómo debemos educarlos, en buscar ayuda, ya sea en libros revistas, acercarnos a personas preparadas, o al menos con un poco más de conocimiento que el nuestro, estaríamos un poco más satisfechos con lo que hemos empezado a sembrar, y con una visión más amplia del presente, que nos prepara para un mejor futuro, lleno de esperanza.