domingo, 25 de enero de 2015

CLUB DE JOVENES: T-S AMIGOS DE CRISTO RESUCITADO"




OBJETIVO PRIMORDIAL.-
   Somos un grupo de jóvenes  que  guiados por la doctrina de Santa Teresa, de San Juan De la Cruz y de toda la espiritualidad carmelitana. Nutridos y fundamentados en el Evangelio y  la oración, buscamos llegar a tal grado de intimidad con Dios, que nos lleve a la integración de nuestra persona y a vivir felices desde la libertad de los hijos de Dios.

Misión.

Consistirá en llevar con la presencia y la vida, el testimonio  de que Cristo está vivo.
Con su presencia estos jóvenes levantarán la bandera de la VIDA, ante tantos signos de muerte.
No se pretende abarcar cantidades, sino unos pocos, pero “que sean tales” (como pide Santa Teresa a sus monjas) que su vida trascienda a los rincones de la tierra donde más se necesite.
Aunque  pueden realizar actividades con las que compartan con muchos jóvenes

sábado, 24 de enero de 2015

"NAVEGANDO POR EL SENTIDO DE LA VIDA 12"



 


En el libro de Ezequiel 37- Habla acerca de los huesos secos, por los cuales le pregunta Dios al profeta: 

-¿Hijo de hombre podrían revivir estos huesos?
 El profeta responde:-Oh, Señor Yahve tú lo sabes. Entonces Dios ordenó,
Profetiza sobre estos huesos secos y diles: huesos secos escuchad la palabra de Dios, así dice Yahve el Señor a estos huesos. “voy a infundir aliento de vida en vosotros y reviviréis, os pondré tendones, haré que os recubra carne, os revestiré de piel, os dotaré de aliento de vida y reviviréis. Y sabréis que yo soy  Yahve.

Es decir que por más dañada que este nuestra vida, por más traumada, ultrajada y pisoteada e incluso olvidada y seca como los huesos, de la que no se vea ni un rayito de luz, para salir de dicha situación; Dios Padre puede devolvernos la vida y hacernos revivir, mediante un proceso, pero certero.
 
Dios puede descubrirnos ese hálito de vida que desde siempre ha puesto en nosotros y que las circunstancias de la historia, cultura, etc. hayan ofuscado y recubierto con grandes situaciones trágicas y dolorosas; Él puede romper esas piedras de nuestros sepulcros, resucitarnos y volvernos a la vida.

sábado, 17 de enero de 2015

"DICHOSAS ESTACIONES...INVIERNO"



                              Invierno.


El invierno es algo especial, es un tiempo de esperanza.
Es tiempo de esperar con optimismo, gozo y alegría algo desconocido, pero que lo puedes percibir con tus sentidos interiores.
Es tiempo para dar y recibir alegría, paciencia, servicio, generosidad.
Es tiempo para dar otra oportunidad, de buscar y alimentar valore que son saludables en todos los sentidos, para la eternidad. Como loes la unidad, fraternidad y solidaridad.
El invierno viene marcado de colores majestuosos, profundos y muy significativos.
Es importante señalar que lo que da unidad al inicio de la temporada invernal es nuestra Fe, que nos recuerda en estas fechas el nacimiento del Salvador.
Cuando manejamos mal nuestros recuerdos, esta temporada puede pintarse de un solo color, el negro. Que marca nuestra falta de sentido y desesperación, ante una realidad que viven los demás y que no lo entiende nuestra razón.
Es cuestión de buscar con ahínco e ilusión, en y desde el corazón; la esencia de vivir la vida en Dios, y con amor.
El invierno marca la densidad de nuestra paz y serenidad, haciéndonos capaces de contribuir en la fraternidad, con calidez y generosidad.
Esos momentos fríos que nos llevan a tomar el té y a compartir el pan, son importantes para fortalecer lazos de amistad.
El frio viento en la cara refresca la mirada, haciéndola más transparente, y con los demás, más entregada.
Esas noches tan cobijadas y en descanso realizadas, nos despiertan con oportunidades ya dadas, para amar y sentirnos amadas(os).
Esto facilita la tranquilidad interior, para el encuentro de amado con amada.
El invierno es frío por fuera, pero cálido por dentro, pues está forrado de amor cual brillante esfera.
La rutina puede hacer del invierno frio exterior, otro más frio interior, ese es el de la rutina, que lo hace todo sin sabor. Pero contamos con la calefacción para el interior, no tan automática, sino que es fruto de prender la leña del fuego abrazador, llamado Amor.
Después del frio invierno, siempre seguirá la primavera, llena  de flores y esperanzas, colorida y clara, para continuar con confianza en nuestro caminar.

sábado, 3 de enero de 2015

¡OH! DICHOSAS ESTACIONES SENDEROS DE MI ALMA.




                           DEDICATORIA.


Estos escritos los quiero dedicar a todas las personas que buscan un encuentro consigo mismas y una aceptación de la realidad.
No importa cuán dolorosa pueda ser esta, lo importante es sentirse con la libertad de buscar en el interior y saborear ese “más allá”.
Quiero agradecer a mi madre maestra, la Hna. Gloria que con paciencia y delicadeza me ha acompañado por estos senderos
Y siempre ha demostrado una especial comprensión por mi camino.
También agradezco a toda mi comunidad en general, en especial a cada una de mis hermanas de plenitud, que me acompañan y confían en mí cada vez más.
No puedo dejar de agradecer, el amor, el apoyo y la generosidad de mi familia, que también confía en mí, y con múltiples detalles me lo demuestran, en especial  mi madre, mi padre, mi hna. Betty, mi hna. Rosita, en quien me inspiraré en algunas páginas, mi hno. Rigel, mi hna. Anita, mí cuñado Jesús Moreno, mis adorados sobrinos, y todos los demás miembros de mi familia.
También quiero mencionar al hombre, que en las buenas y malas ha estado conmigo, y de quien siempre he recibido apoyo, y sé que seguiré contando con él para siempre, el R.P. Ángel Estrella L.C.



                              Introducción.




Las estaciones del año nos marcan épocas diferentes para disfrutar,
Y cada cual con lo que nos ofrece.
Las estaciones del alma nos muestran caminos, sendas; por las que va atravesando el destino, para maravillarnos de la obra en nuestro ser, de lo divino.
La primavera, el verano, el otoño, y el invierno transcurren en un año. Pero, en el corazón, permanecen según la dimensión de nuestra misión. Según la voluntad de Dios de eternidad, pues viviendo en el Él, el tiempo no conoce final.
Desde lo más íntimo de mí ser, les comparto mis sencillas experiencias. Deseo que las puedan disfrutar, como se disfrutar el amar en intensidad, como se disfruta el vivir por siempre en la presencia de la Santísima Trinidad.


            Hna. Fátima Sánchez
        De Cristo Resucitado O.C.D.