16.-Mujeres bellas.
Mujeres bellas, mujeres divinas. ¿En realidad lo somos? O
sólo lo dicen los borrachos al salir de la cantina.
La mujer se distingue por ser una persona bella por
excelencia, pero de una belleza que es armonía; no es una belleza sólo física,
no podemos decir que una persona es bella
sólo por sus rasgos físicos. Lo que en realidad fundamenta la belleza en
la mujer, es la armonía interior, el equilibrio, y madurez también interior,
que se refleja en un rostro de paz y de
serenidad.
Por eso es difícil encontrar un hombre perfecto, y ese sólo
lo es Cristo, pero de entre las criaturas los buenos tipazos buscan una mujer,
guapa, equilibrada, madura y bella desde lo interior, y como casi no hay optan
por un camino más pleno y elevado.
Lo que pasa es que en la actualidad muchas mujeres nos
estamos engañando, y queremos engañarlos también a ellos. Los que se dejan,
tarde o temprano se dan cuenta, y de allí los fracasos, la infidelidad, la
irresponsabilidad, etc.
No es que precisamente nosotras tengamos la culpa, pero
tendríamos menos cargo de conciencia, si fuéramos más sinceras, y buscáramos
trabajar nuestro equilibrio y madurez interior.
Pensamos que con la vanidad atraeremos al mejor galán y no
siempre es así, al contrario a esto le huye, otras veces pensamos que es con la
mejor vestimenta que los atraeremos, pero tampoco resulta, tal vez atraigamos la mirada , hacia nuestra
vestimenta, hacia nuestro cuerpo, pero no hacia nuestra persona, que es donde
está nuestra esencia. Un buen maquillaje es importante para mantenernos
arregladas, y no precisamente es porque se necesite o no, sino que representa ese esfuerzo, por buscar
dar siempre lo mejor de sí misma.
Mujeres, dejémonos de
rodeos y empecemos a ser tales, que las personas se enamoren, no de algún detalle o accidente nuestro, sino de
todo nuestro ser hermoseado, de nuestra transparencia y naturalidad, de nuestra
sencillez y humildad. Seamos realmente bellas en todo nuestro ser, interno y
externo.