Desde el amor.
Una relación sexual siempre es buena y sabrosa,
si se da en un contexto real de amor.
Porque Dios creó todo y lo creó muy bueno.
Todo acto realizado con amor, por más oscuro
que parezca a la razón, tiene trascendencia positiva.
San Juan de la Cruz, dice: “en la tarde nos
analizarán en el amor”.
Porque es
que es posible amar, apasionadamente con una búsqueda de nuestra entrega
generosa. Sí, podemos amar enormemente, incluso enloquecidamente, renunciando a
nuestros egoísmos, buscando el bien máximo en la otra persona, sin tener que
llegar a una relación sexual, sí, es decir,
aspirar a un amor que traspase lo corpóreo y vaya más allá de los sentidos.
Esto es alcanzar una integración y equilibrio, en nuestro ser, de nuestros
afectos y sexualidad.
Porque es desde esa postura que se le ve a la
persona amada, con mucho respeto, para amarse y no para hacerla objeto de
placeres.
Y es así como se adquiere la conciencia de que
una relación sexual debe ser siempre un acto de amor, que se realice con la
entrega mutua, de todo nuestro ser y no sólo de genitalidad, y con la
responsabilidad del procrear.
Es en este contexto de madurez, que no tienen
sentido los anticonceptivos, esto es tan sencillo, si yo no deseo ser papá, o
mamá por ahora, porque creó que no es el momento ni estoy lo suficiente mente
preparada o preparado, entonces es cuando he de buscar otra forma de amar y de
entregarme, sin tener que llegar a una relación sexual.
Pero como egoístamente, lo que buscamos son
sensaciones, dejarnos llevar por lo que sentimos antes que educarnos y
disciplinarnos, para tener un control y dominio de nuestras emociones.
E ahí un punto clave de tantos divorcios,
existencia de tantas mamás solteras. Porque caprichosamente queremos satisfacer
nuestros instintos, como si fuera un dulce sabroso, lo disfrutamos hoy, y
mañana como ya no se me antoja, lo tiro y
voy a buscar otro.
Pero eso no se puede ni se debe hacer con las
personas, porque no son objetos de mis deseos y placeres, sino que tienen una
dignidad a la que debo respetar, tan es así que debo, educar mis instintos para
no manipular, ni lastimar a la otra persona.
Porque no nos formamos en la disciplina e
integración de nuestra sexualidad, es que existen tantos casos de, abusos
sexuales, violaciones, actos de gente enferma que no ama, que sólo busca
experimentar suciamente la sexualidad, marcando y dañando gravemente a los demás.
Por eso antes de aprender y meternos ideas
falsas y sucias atravez de la pornografía, mejor aprendamos a amar, estudiemos
e investiguemos, cómo ser mejores y
verdaderos amantes, de cuerpo, alma, y espíritu. Hombres y mujeres que se sepan
entregar de manera incondicional, pero sobretodo, QUE AMEN Y SE DEJEN AMAR.1
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