martes, 13 de noviembre de 2012



Desde el amor.



Una relación sexual siempre es buena y sabrosa, si se da en un contexto real de amor.
Porque Dios creó todo y lo creó muy bueno.
Todo acto realizado con amor, por más oscuro que parezca a la razón, tiene trascendencia positiva.

San Juan de la Cruz, dice: “en la tarde nos analizarán en el amor”.

 Porque es que es posible amar, apasionadamente con una búsqueda de nuestra entrega generosa. Sí, podemos amar enormemente, incluso enloquecidamente, renunciando a nuestros egoísmos, buscando el bien máximo en la otra persona, sin tener que llegar a una relación sexual, sí, es decir,  aspirar a un amor que traspase lo corpóreo y vaya más allá de los sentidos. Esto es alcanzar una integración y equilibrio, en nuestro ser, de nuestros afectos y sexualidad.
Porque es desde esa postura que se le ve a la persona amada, con mucho respeto, para amarse y no para hacerla objeto de placeres.
 Y  es así como se adquiere la conciencia de que una relación sexual debe ser siempre un acto de amor, que se realice con la entrega mutua, de todo nuestro ser y no sólo de genitalidad, y con la responsabilidad del procrear.

Es en este contexto de madurez, que no tienen sentido los anticonceptivos, esto es tan sencillo, si yo no deseo ser papá, o mamá por ahora, porque creó que no es el momento ni estoy lo suficiente mente preparada o preparado, entonces es cuando he de buscar otra forma de amar y de entregarme, sin tener que llegar a una relación sexual.

Pero como egoístamente, lo que buscamos son sensaciones, dejarnos llevar por lo que sentimos antes que educarnos y disciplinarnos, para tener un control y dominio de nuestras emociones.

E ahí un punto clave de tantos divorcios, existencia de tantas mamás solteras. Porque caprichosamente queremos satisfacer nuestros instintos, como si fuera un dulce sabroso, lo disfrutamos hoy, y mañana como ya no se me antoja, lo tiro y  voy a buscar otro.

Pero eso no se puede ni se debe hacer con las personas, porque no son objetos de mis deseos y placeres, sino que tienen una dignidad a la que debo respetar, tan es así que debo, educar mis instintos para no manipular, ni lastimar a la otra persona.

Porque no nos formamos en la disciplina e integración de nuestra sexualidad, es que existen tantos casos de, abusos sexuales, violaciones, actos de gente enferma que no ama, que sólo busca experimentar suciamente la sexualidad, marcando y dañando gravemente a los demás.
Por eso antes de aprender y meternos ideas falsas y sucias atravez de la pornografía, mejor aprendamos a amar, estudiemos e investiguemos, cómo ser mejores  y verdaderos amantes, de cuerpo, alma, y espíritu. Hombres y mujeres que se sepan entregar de manera incondicional, pero sobretodo, QUE AMEN Y SE DEJEN AMAR.1

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