El desafío.
Pues hay mucho sentido y razón por el que
vivir. El problema no es que te hayas dejado llevar o cuántas veces te dejaste
llevar; el desafío es el saberte dominar, controlar y equilibrar para que en su
momento de esto puedas disfrutar con paz, alegría, seguridad, con la persona
ideal en un clima de amor, respeto y dignidad. Buscando y deseando entregarte
plenamente y con ternura, al mismo tiempo que acoges, aceptas con gozo y
humildad a la maravillosa persona, que también se te está entregando.
Y es así como se contribuye al crecimiento y
beneficio de la sociedad, con una buena familia, un dulce hogar, fundamentado
en el amor.
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