.-La nueva ley.
-Es una ley
dura, que produce amargura, al no poder demostrar el afecto y cariño, con abrazo y caricias a las pequeñas criaturas.
-Esa es una ley
de locura, que sólo crea más gente inmadura.
Me refiero
a la ley, que indica que queda prohibido
que los sacerdotes o religiosas, acaricien, o se les vea acariciar a los niños.
Supuestamente esta ley es para proteger a los niños de la pederastia.
En eso de
protegerlos estoy de acuerdo, pero creo que los medios deberían ser un poco más
estudiados, analizados, más humanos.
¿Por qué siempre
buscamos los extremos?
Muchos de los
males de esta cultura son por los extremos. Sí, por demasiada rigurosidad o
cerrazón, o por demasiada permisividad.
El centro del
cosmos, es Dios, y siempre que busquemos acercarnos y permanecer cerca del
centro, nos va a ir bien. Porque allí está el equilibrio y la integración.
Ciertamente, no lo vamos a lograr en plenitud en esta vida, pero no es lo mismo
que yo vaya a una ciudad y ande sólo por el periférico, a mantenerme en el área
del centro, y no es precisamente que del kiosco no me mueva, pero sí alrededor
de él, o a unas cuadras de él.
Precisamente
muchos de nuestros errores y fracasos provienen de los extremos y excesos.
Porque sólo en el centro se encuentra la verdad, la esencia, la identidad, la
dignidad, la VIDA. Y, es sólo desde el centro, de donde se puede partir para
lograr las mejores estrategias que promuevan los derechos humanos, los protejan
y los cuiden.
Porque para
buscar normas y leyes, es necesario usar la cabeza y el corazón, la fe y la
razón, y mucha humildad para reconocer que tenemos debilidades, que podemos
errar y fracasar, pero que también necesitamos escuchar a los demás.
Juntos en
solidaridad, en unidad y fraternidad es cómo podemos encontrar los mejores
medios que beneficien a la sociedad, acrecienten el valor de cada persona y el amor
a la humanidad.