39.-.-Matrimonio y familia.

La familia es la base de la sociedad y de la integración del ser humano. Los padres son el cimiento con que se construyen las primeras piedras del edificio.

Juntos, el padre y la madre constituyen una fuente de la que manan los nutrientes, que influyen en el crecimiento integral del ser humano. Por eso cuando existe el divorcio o separación de los padres, se rompe la fuente, se divide. Independientemente de la buena relación que exista de padres a hijos, después de la ruptura; existe dolor, confusión, y muchas otras cosas en los hijos, huellas profundas que los marcan. Difíciles de superar. Y, cuando se cuenta con apoyo profesional, es para aprender a vivir con una fuente partida a la mitad, es decir, que las cosas ya no volverán a ser igual.

Y, ¿Quién se siente satisfecho de tener una fuente, la mitad a su derecha y la otra a su izquierda?-Así, ya no es una fuente, sino dos medias fuentes.

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37.- ¿Nueva evangelización?

Creo que ciertamente hace falta una nueva evangelización, es decir, llevar a los demás la Buena noticia, el Evangelio. Pero para esto debemos tener contacto profundo con Él y conocerlo.

Porque creo que mucha de la dispersión que existe hoy en día, es porque muchas veces sea tratado al Evangelio como un producto más a la disposición del consumidor.

Producto que nos atrevemos a ofrecer, regalar, y repartir, sin haberlo conocido o probado por nosotros mismos. Es por eso que la gente se cuestiona, y se preguntan: ¿pero qué es eso que nos reparten, y para qué sirve, o qué debo hacer con ello?  Tal parece que nosotros sólo se lo entregamos como cualquier producto, y luego nos desaparecemos, o nos desentendemos.

Ahora bien, ¿Quiénes van a evangelizar o a llevar el evangelio?... pues todos los que han sido llamados tienen el compromiso y la responsabilidad de conocer muy bien lo que se les está dando, y así, poderlo transmitir. Partiendo siempre de lo esencial, de la raíz del árbol, y luego llegar a las ramas. Pero no intentemos empezar del lado contrario.

Las personas necesitan comprender que el Evangelio no es un producto más del mercado, y tampoco opción de lujo, status social, ni cuestión de moda o comodidad.

Sino que es una autenticidad que constituye nuestra identidad, y que integra toda nuestra naturaleza humana.

Sí, es decir, a medida que somos realmente auténticos, con convicciones autenticas, nos vamos identificando con Aquel que vivió con perfección esa autenticidad, es decir, Cristo. Al asemejarnos a ÉL, pues vamos siendo más cristianos, y toda esta vivencia es la que va integrando nuestro ser, enriquece nuestra personalidad, y al mismo tiempo nos permite ayudar a los demás. En pocas palabras, nos construimos como personas, y ayudamos a construirse a los demás, todo en sintonía con Cristo.

Casi todos los males nos vienen por alejarnos de Cristo, pues es como si perdiéramos la brújula.

Sólo Cristo es la suma Verdad, si existe mucha gente falsa es porque no están cerca de la Verdad.

Existen muchas personas confundidas que no saben para donde dirigirse, se encuentran dispersos, sin rumbo y manejados por el mundo. Pues, es porque no saben que Cristo es el Camino.

Existe mucha violencia, que tal parece que está reinando un clima de muerte. Cristo es la Resurrección y la Vida.

Muchas personas temen correr el riesgo de ser cristianos auténticos, porque piensan que ya no van a ser libres, que sólo se van a regir por leyes eclesiásticas, morales, etc. y una serie de prejuicios que se inventan o que conjeturan e acuerdo a la experiencia que hasta ahora hayan tenido.

Pero, la verdadera y profunda libertad, sólo se adquiere desde Cristo. Es decir que el proyecto de Vida que Cristo presenta al mundo en general, es otra cosa, es algo siempre nuevo, y tan antiguo, es algo novedoso para cada generación. Es el proyecto de implantar el Reino de Dios.

El reto de hoy a la vida religiosa.

El reto o la invitación que Cristo hace hoy a la Iglesia, es desde su KENOSIS.

Es que no importa lo que tengas o no tengas, materialmente hablando, o también se puede aplicar a los demás sentidos. Tampoco  lo que hagas o no hagas. Sino el vivirse con, y a ejemplo  de Cristo desde el anonadamiento, pero no en un sentido histérico y neurótico.

Si no, viéndolo como una puerta que te lanza a la libertad, a la plenitud. No quiero decir que sea del todo fácil, pues no lo es, pero ese es el proyecto que Cristo presenta hoy, para traer presente el Reino de Dios, en medio de este mundo tan confundido y aterrorizado de violencia.

Esta es la invitación que hoy tiene abierta a quienes deseen colaborar más cerca de Él, andar con Él, ser sus discípulos y sus amigos.

Repito, es dese el anonadamiento, pero un anonadamiento que no significa despreciar a las cosas o a las personas. Sino que se trata de ir más allá, y constituir autenticidad e identidad, como seguidores de Cristo. Identificarse con él hasta la médula.

Pues es completamente contradictorio y confuso para nosotros mismos y para los demás querer seguir a Cristo desde la imitación de algún ídolo de moda. Pues en el seguimiento de Cristo no debe haber ambivalencia, no se vale.

O eres cristiano, o no eres. O quieres seguir a Cristo, o no quieres. No hay peros. De  otra manera, de qué sirve estarnos lamentando de la situación que vive el mundo, sino somos capaces de aportar el lomo para cargar piedras, y ayudar a Cristo en la construcción del Reino de Dios.

¿Madurar?,

¿Cómo?, ¿Cuándo? Y ¿Por qué?

-¿Cuándo?- Cuando llegue el momento adecuado, y se presente la oportunidad adecuada.

Así como no podemos apurar a una manzana verde a que quede roja antes de tiempo, sino aguardar a que le llegue su momento. Creo que lo mismo sucede con nosotros.

-¿Cómo?-aprovechando todas las situaciones y circunstancias, que se presenten; buscarles y sacarles aprendizaje. Sí, aprovechar cada día, cada fracaso, cada caída, cada frustración, para saber más de uno mismo, y conocer de qué estamos careciendo, y así saber por dónde echarle más ganas.

Nuestras caídas, a veces son muy dolorosas, pero son las que mejor nos enseñan lo que aún no hemos logrado, o de donde estamos desequilibrados. Y viendo nuestras carencias es que podemos aspirar a levantarnos, echarle ganas, y conseguir los instrumentos o herramientas, que nos pueden ayudar a equilibrar lo que nos pasa.

-¿Por qué?-porque somos personas con una gran dignidad y enorme capacidad de ser cada vez mejores, para nuestro bienestar,  de los que nos rodean y gloria de Aquel que nos quiso amorosamente crear.

Cuestión de equilibrio temperamental.

He observado muchas veces que la persona extrovertida se la pasa hacia afuera, y cuando juzga se arriesga mucho, aún sin tenerlo en cuenta, de no llegar a conocer el fondo de las circunstancias, y quedarse en la superficialidad.

La persona introvertida, tiende a ensimismarse, y a aislarse.

Lo mejor es tender al equilibrio, buscar el centro, de tal manera que seamos extrovertidos para relacionarnos, e introvertidos para reflexionar y meditar.

 Y que optemos siempre por todo lo que favorezca a nuestro desarrollo humano y afectivo.