sábado, 18 de junio de 2016


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“Padre”


Padre es Aquel
Que con amor un día te quiso
Engendrar; y desde el seno
Materno te tornaba acariciar

Padre, es Aquel que desde que naciste
En sus brazos te quiso cargar,
Y, en tus primeros pasos,
De la mano te pudo llevar.
Pero cuando ya solo podías caminar,
El a tu lado iba,
Nunca te dejo de acompañar.

Padre es Aquel que de amor
Siempre te quiso llenar.

Padre, es Aquel que después de la caída,
Te enseña a volverte a levantar.
Sufre con tus penas, y se goza en tu alegrar.

Padre es Aquel que con paciencia,
Mira tus errores y tu mal actuar,
Para que en su momento te enseñe,
 A Él, por siempre imitar.

Padre es Aquel que por siempre
Contigo está.
Y, solo es uno.
El verdadero Papá,
Es nuestro Padre celestial,
Él es el ejemplar.
 A él los demás deben imitar,
Así harán de él, su voluntad.
Contribuyendo con un hogar más digno
Formado de paz, dicha y serenidad.

Todo esto existe,
Primicia de la Santísima Trinidad,
Por amor, para nuestro bienestar,
Y, para que hagamos realidad
Nuestro hogar, “dulce hogar”.

Padre es Aquel que te educa
En la caridad, en la humildad,
En los valores y en la dignidad.
En la renuncia de ti mismo,
Para beneficio de los demás.

Ese es el Padre que te enseñará
A, con los pies, el suelo pisar,
Alejándote de toda vanidad,
Para llenarte de bondad, entrega
Y generosidad.

Padre es Aquel que te ama,
Y, por siempre te ha de amar.
Es el Dios que Cristo nos heredó
En su resucitar.

Gracias Padre, por tu amor
Que no tiene medida, ni final.
¡Gracias por todo!
Mi querido ¡Papá celestial!

sábado, 4 de junio de 2016

De los escritos de "Pinceladas de armonía en la mujer"



 Continuación: "En caso de violación"
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Surge entonces la pregunta ¿qué sentido tiene la vida, o el vivir, después de haber sido, utilizada y lastimada en todos los sentidos? -ya que se pierde el sentido real de las cosas, las personas, y para lo que sirven.
Bien pues su valor, y su sentido es muy profundo y rico, un valor verdadero, no imaginado ni fantaseado, que sólo se encuentra de nuevo, cuando ya se ha trabajado en esta dolorosa experiencia y se ha sanado.
Para encontrar el sentido después de una experiencia tan dolorosa, sólo en la cruz de Cristo se encuentra la luz y la esperanza, si sólo uniendo mi dolor con el de su pasión, es que se encuentra un sentido pleno en la vida y de gozo perdurable. Cabe aquí la frase de san Juan de la Cruz, “no me quitarás Dios mío, lo que una vez me diste, en tu querido hijo Jesús.
Pues bien, ese es el sentido, por supuesto precedido por un proceso de ayuda psicológica, fraternal, y de búsqueda en el Señor nuestro Dios, y El se encargará de lo demás
Para esta sanación integral, tiene mucha importancia la humildad, que ya hemos visto en lenguaje teresiano, que significa andar en verdad, para reconocer que fuiste víctima y que necesitas ayuda. Pero búscala con todo tú corazón y la encontrarás. No sé qué tan temprano o que tan tarde, sólo te puedo asegurar que la encontrarás. Piensa que la persona que lo hizo está enferma, y que necesita ayuda, pide por él y no dejes de hacer lo que por justicia te corresponde. Su  acto tal vez  no fue por maldad, sino fruto de su enfermedad, y lo más probable es que el ignora todas las consecuencias psicológicas que te ocasionó.
Tú no te tienes la culpa. Si te embarazaste, no eres una desgraciada, ni es el peor castigo para que pienses en abortarlo. Dios respeta a la naturaleza que él creó y como parte de ella está que de una relación sexual  se forme un nuevo ser. Pero este ser sólo está prestando tu cuerpo, para desarrollarse, y luego nacerá como un precioso don de Dios.
Para ayudarte a sanar, observa todos tus actos a normales y relaciónalos con esta experiencia, y usando la razón, te ayudará a  encontrar luz y sentido, para poder empezar a sanar. Y no porque de pequeña o adolecente, hayas sido vulnerable, al ser engañada para este tipo de experiencia, significa que lo debas de ser siempre. Resiste, porque independientemente de lo que te haya sucedido, tú vales mucho, tienes un valor precioso ante los ojos de Dios.
Es normal que  en algún momento de este proceso, pienses que todos los hombres son iguales, y que no sirven más que para lastimar. Pero en realidad eso no es verdad. Cierto que existen algunos patanes y holgazanes, pero también hay grandes hombres muy sanos  y santos; muy  ejemplares, sólo date la oportunidad de conocerlos más.
Porque así como Cristo fue llevado a oscuras para ser flagelado, por los judíos, sin tener motivo alguno más que su soberbia y ceguedad, sólo desde ahí se entiende el haber sido llevadas a un lugar para ser ultrajadas. Mientras a Él  con látigo le pegaban y su carne le destrozaban, en nosotras  nuestro interior se desgarraba mientras  fuimos  abusadas. Y así morimos crucificadas a lo que  se era antes, para empezar a ser victimas usadas; pero ese fue un paso, el dolor, la flagelación, la violación, si, un paso humano en el que siguiendo a Jesús, Entregamos a los verdugos en manos del Padre, diciendo junto con Jesús “perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Sin justificarlos, sino como una manera de buscar consuelo, en el único que puede darlo. Dios, nuestro Padre celestial. Porque es el único que sabe la magnitud de este tipo de experiencia tan dolorosa.
Ahora entreguemos el espíritu, como Jesús para resucitar junto con El, ya  desde esta vida. Diciendo con toda el alma,”_ Padre estoy destrozada, no quiero vivir, pues ya no tengo esperanza, ni ilusiones, pero en tus manos me entrego, sáname o moriré. Ten paciencia, que te aguarda una nueva vida, vida de resurrección. Y cuando esto suceda, a Dios le darás gloria, por haber permitido que en algo te parecieras a Cristo, y muerto con El resucitas con él, entonces podrás disfrutar de un gozo sin igual, gozo sobrenatural, que sólo da Dios, a aquellos que lo siguen en su pasión, mueren con él, y con la esperanza de resucitar con él.
Dios no quiso ni eligió para ti esta experiencia, fue fruto del mal uso de la libertad de alguien, y es más, cuando esto sucedió, Dios fue quien más lloró, el que más se lamentó, y nunca se ha alejado de ti, siempre ha estado suspirando, con tener la oportunidad de encontrarse contigo, cargarte en sus brazos, y con las lagrimas de su amor tierno y misericordioso, desea embalsamar tus heridas.
Mujeres tenemos mucho que obrar, pero primero es necesario sanar, de lo contrario, sólo vamos por la vida contagiando nuestro mal.                                                
                                                                                         



                       Hna. Fátima Sánchez O.C.D.