Mujeres les invito a que valoremos lo que realmente es un
valor o tiene un valor, y no perdamos el tiempo en tonterías.
Abramos los ojos, abramos el corazón, abramos el alma.
Hay mujeres que creen estar cerca de Dios, por el sólo
hecho, de asistir a misa, de estar en grupos de apostolado, tener devociones,
etc. Pero están llenas de soberbia, que aman a los ricos y desprecian a los
pobres. No es que Dios esté lejos de ellas, sólo que están por el camino
equivocado. Porque la cercanía con Dios nuestro Padre es fruto de una
gracia y de nuestra profunda convicción
interior, manifestada al exterior, en especial los más pobres.
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