=Por donde no hay nada=
Pero resulta que cada vez nos
equivocamos más de camino, y vamos yendo por donde no es, llevando y dirigiendo
a personas por este camino irreal que nos lleva al vacío en donde no hay nada.
Nos esforzamos, arriesgamos y sacrificamos para llegar a donde
superficialmente aspiramos. Y luego que llegamos. ¡Oh decepción! Resulta que no
hay nada.
Como un libro que leí acerca de unos gusanos, se trataba de un cerro en
el que todos se peleaban y luchaban por llegar hasta arriba, resulta que
después de tanto esfuerzo, llegaban y no había nada. Ósea tanto esfuerzo y obsesión
para no ver nada, llegar y saber que abajo otros se están peleando por llegar,
cuando en realidad no valía la pena.
Pues esto es lo que pasa en nuestro mundo hoy. Mucho esfuerzo, y lucha
para llegar al poder, piensan que allí
tendrán todo en sus manos, y que entonces podrán dominar y manipular
todo a su antojo. Algunos lo logran, otros no; pero se dan cuenta que aún no
están satisfechos y que a pesar de que están llenos de cosas, en lo profundo de
su corazón, hay un vacío enorme que llora y gime por ser saciado.
Es cuando entonces buscan
saciarlo con el sexo desmedido consiguiendo y pagando a las chicas más guapas,
y aún así no consiguen la satisfacción.
Entonces buscan refugio en el alcohol, con el objetivo de acallar o
cambiar este sentimiento. Buscan en el alcohol
la diversión, y resulta que siguen igual o peor. Pero no están
tranquilos, porque una parte del ser les reclama atención.
Entonces se topan con la droga, y vaya que en esta se refugian, pues no
cambia el sentimiento interior, pero sí les tapa los oídos, y el corazón para
no hacer caso. Y piensan que esta sí les ayuda; pero en cuanto la dejan de consumir,
ven su realidad; y no queriendo aceptarla, ni verla corre a conseguir más, para
seguir vendados.
Esta es la
triste situación, que a veces con una sobredosis, los saca ya de esta dinámica.
Todo por ir a buscar el camino equivocado.
Otros creen que la esencia de la vida está en la fama, entonces son
capaces de todo con tal de ser reconocidos internacionalmente. Luchan,
sacrifican todo, aún lo más importante, sus seres queridos y su dignidad; pero
ahí se van porque creen que allí está la
vida, lo máximo. Pero, ¡oh decepción!, cuando la alcanzan se dan cuenta que son
aplaudidos, admirados, pero nada llena su vacío existencial, entonces van
recurriendo a los vicios ya mencionados. Algunos se rehabilitan otros, no, incluso llegan al suicidio.
Otro grupo de personas piensa que en el dinero está la vida, y hace todo
por tenerlo. Se arriesga tanto que pierde la noción del significado y valor de
los demás, pasando sobre su dignidad y a costa de ello, se enriquece vendiéndoles
droga.
Otros se van por
otro camino igual de malo o peor, invocando al demonio para que les conceda lo
que más quieren, materialmente hablando.
Ninguno de estos caminos da la vida.
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