“¡Resucito!”.
¡Resucito!
Aquel que viste ayer
Clavar en un madero,
Aquel que viste morir
Y entregar el espíritu al cielo.
¡Resucito!
Mira a la cruz,
Ya no está, pues
Lo tienes junto a ti,
Viviendo en los demás
Ya no derrames
Ni una lágrima más,
Al contrario, llénate
De gozo y paz,
Abre tu ser, y él te vendrá
A visitar.
Porque está vivo,
En ti lo puedes contemplar.
Terrenal, sino, viste vestiduras
Del trono Celestial.
Tú lo puedes ver,
Tú lo puedes sentir
Si amas a tu hermano
Y te dejas amar con paz
Y humildad, entonces gozarás
Con María, la presencia de Aquel
Que acaba de resucitar.
Pues Él es el principio y final
Dueño de la vida, por toda
La eternidad.
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