jueves, 8 de mayo de 2014



“Mamá, ¿Dónde estás?”.


Desperté en la madrugada, 
y no pude mirarte, pues ya no estabas.
Salí por la oscuridad de los árboles,
avanzaba, creyendo encontrarte, 
y, tampoco estabas.

Hoy ya ha pasado mucho tiempo,
Tus recuerdos los vivo en el murmullo del viento.
Pero, ¡Madre!, mirarte sería mi contento.
Ya no puedo pues vivo en un convento, 
y aún pasa más el tiempo.
Tornándose las horas 
en que tú no estabas en años, 
marcadas por grandes daños.

Abro los ojos y pregunto:
 ¿Mamá, donde estás?-
-Me respondo a mi misma: 
estás donde te siento,
 acariciándome con la brisa 
cálida del viento.
Y ya no pregunto -¿Dónde estás?, 
pues estas conmigo en todo momento, 
te siento velar por mí, 
desde tu lejano aposento.

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