domingo, 17 de mayo de 2015

¡OH DICHOSA ESTACIONES SENDEROS DE MI ALMA!



                              PRIMAVERA


La primavera se caracteriza por lo general, como un tierno despertar a un paisaje sin igual, lleno de mariposas que no cesan de volar y revolotear.


Aves de diversos colores, entonando todo el día su gran repertorio de canciones.

Flores frescas con hermosos olores.los árboles frondosos, alegres y gozosos que por el viento suave se dejan acariciar.
El cielo en tono azul tenue, con algunas nubes blancas.
Los prados llenos de verdor, con flores a su alrededor.
Todo esto alimenta nuestro ser, nuestro interior, pues es la presencia real de Cristo nuestro Señor.

La primavera en el alma, llega con toda calma, como se mece a la orilla de la playa una gigantesca palma.
Y llega cuando llega el amor. Pues, es el que trae la esencia, el sabor y la verdad que solo se representa en el paisaje primaveral; pero que se vive intensamente en el interior de nuestra  humanidad.

La primavera en nuestra alma, es la que nos muestra ese espíritu jovial, esa sonrisa en nuestros labios, presente ante todo caminar, y ante las personas que nos solemos encontrar.
Puede ser la estación que marque el principio de nuestro avanzar,
En donde se funda nuestra esperanza y fortaleza, para las demás estaciones que hemos de pasar.

Abrir los ojos y la sonrisa a la primavera, es dejarse acariciar.
Es empezar a deleitarse de la belleza que Dios quiso crear.

La primavera es una realidad, no es fantasía. Existe realmente en la naturaleza y en el corazón de quien se deja amar, y busca amar.

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