No es lo mismo…
Es necesario vivir con
motivaciones, sentido e interés por la vida, sin relativizar lo que es muy
importante.
Es decir, no es lo
mismo, querer huir de la realidad, refugiándose en fantasías producidas por la
droga, ya sea para contemplar ruinas en Marte, o para agudizar nuestra
sensibilidad, sensualidad, y gozar de las sensaciones que rocen nuestro cuerpo.
Que acercarse a quien te pueda ayudar, o retirarte a la orilla de la playa,
para contemplar su inmensidad, el sonido de sus olas, y dejar sentir sobe tus
hombros la brisa del mar.
Pues lo primero trae
consecuencias negativas, para ti y para tu familia, tus seres queridos; aparte
de que dañas la belleza creada en ti desde lo más interno hasta lo más externo.
En cambio con lo
segundo, aumentas tu capacidad de gozar y disfrutar sanamente.
No es lo mismo
refugiarse en la vaciedad de la droga, que refugiarse en la inmensidad de Dios.
No es lo mismo, hacer
del alcohol tu fuente de diversión. Que organizar fiestas, con o sin alcohol, y
convertirlas en verdaderas diversiones, en donde reine la convivencia, el
diálogo, el baile y la alegría de quererse y respetarse como grandes y buenos
amigos.
No es lo mismo, tener
relaciones sexuales, que hacer el AMOR.
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