La gran oferta y sus consecuencias.
Ah, pero ya se lo que
ofrece el mundo de hoy en charola de plata: sexo, drogas, alcohol, diversión,
libertinaje; todo se vale. ¿Qué más puedes pedirle a la vida?
Pues mucho, porque eso
que se vive, o eso que vives no es más que una falsa ilusión, que se acaba,
trayendo graves consecuencias, enfermedades venéreas y mortales, cárcel,
suicidios. Una posible corriente de dolor desgarrador, y que te lleva a la pregunta, ¿esto es la vida?
Por supuesto que no, esas son consecuencias de vivir de falsos refugios.
Después del sexo sin
amor no queda más que asco y vaciedad, aún después de creer haberlo disfrutado.
No quiero decir con
esto, que satanicemos a las diversiones, pues tampoco pretendo que todos se
hagan monjes o monjas. Sino que hagamos
uso de nuestras facultades, en especial de la inteligencia para discernir,
entre lo falso y lo verdadero, y optar por construir sobre lo verdadero. Si, es
decir; no me voy a ir al infierno, sólo por ir a bailar, o sólo por tomar una
copita de vino, o una cerveza, o un tequila. Aprendamos a hacer uso adecuado de
las cosas con equilibrio y dándoles siempre su lugar, cuando sólo son medios o
cuando en realidad son valores humanos. No te quedes estancado en sólo el
entretenimiento, sino busca la esencia de las cosas, aquello que te haga ser más y mejor persona, que te haga crecer y
trascender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario