sábado, 20 de julio de 2013




La gran oferta y sus consecuencias.

 
 


Ah, pero ya se lo que ofrece el mundo de hoy en charola de plata: sexo, drogas, alcohol, diversión, libertinaje; todo se vale. ¿Qué más puedes pedirle a la vida?
 
Pues mucho, porque eso que se vive, o eso que vives no es más que una falsa ilusión, que se acaba, trayendo graves consecuencias, enfermedades venéreas y mortales, cárcel, suicidios. Una posible corriente de dolor desgarrador, y  que te lleva a la pregunta, ¿esto es la vida? Por supuesto que no, esas son consecuencias de vivir de falsos refugios.

Después del sexo sin amor no queda más que asco y vaciedad, aún después de creer haberlo disfrutado.
 
No quiero decir con esto, que satanicemos a las diversiones, pues tampoco pretendo que todos se hagan monjes o monjas. Sino  que hagamos uso de nuestras facultades, en especial de la inteligencia para discernir, entre lo falso y lo verdadero, y optar por construir sobre lo verdadero. Si, es decir; no me voy a ir al infierno, sólo por ir a bailar, o sólo por tomar una copita de vino, o una cerveza, o un tequila. Aprendamos a hacer uso adecuado de las cosas con equilibrio y dándoles siempre su lugar, cuando sólo son medios o cuando en realidad son valores humanos. No te quedes estancado en sólo el entretenimiento, sino busca la esencia de las cosas,  aquello que te haga ser  más y mejor persona, que te haga crecer y trascender.

No hay comentarios:

Publicar un comentario