Si supiéramos…
Adultos, si conociéramos el daño que
a los niños les ocasionamos, con nuestras inmadureces,
irresponsabilidades, y pequeños desaires. Si realmente lo comprendiéramos, les
aseguro que creo que actuaríamos con más cautela, analizaríamos bien nuestra
forma de educar, si supiéramos todo lo que acarrea un mal control entre los
hijos, y todo el daño que se va arrastrando detrás de.
Esta es la razón por la que debemos dedicar más tiempo para conocer las
debilidades del niño, sus fragilidades, y esforzarnos por ser más eficientes,
humanamente hablando, para elevar la calidad de nuestra educación y trato, que
al mismo tiempo eleva la calidad de vida humana.
Por eso eduquemos también en la hermandad, en la fraternidad. Sé que es
difícil, pero de que podemos, si podemos, y sin dejar de costarnos, pero al
menos, con el paso de los años, podremos disfrutar el bien que con nuestro gran
esfuerzo hayamos logrado. Y nuestros
hijos con agradecimiento, siempre van a recordar y a celebrar esta manera de
educar.
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