viernes, 17 de agosto de 2012

"Navegando por el sentido de la vida"


     =Soledad.=


A veces por ciertas circunstancias de la vida experimentamos, soledad, y podemos llegar a pensar que nos han abandonado, porque no servimos, no valemos, etc. de ahí se empieza a desprender una ausencia de sentido.
 Porque no logramos comprender que  esto que nos ha empezado a suceder, no es una maldición, sino una oportunidad  para tener un encuentro con nosotros mismos, y por lo tanto con nuestro Autor, y esto es lo que nos llevará al crecimiento y maduración.
Como nos dice Antonio Manero: “La adversidad es un espejo en el que deben mirarse, todos los que verdaderamente quieran conocerse.”
O como dice Martín Buber: “toda adversidad y dolor prepara nuestra alma para tener visión."

También es porque aún no hemos comprendido, que nuestro sentido y valor, no viene ni depende de los demás, sino de la relación que tenemos con nosotros mismos y con nuestra esencia. Y  esto es lo que me facilita una sana relación con los demás.
Mi mejor amigo,  no es aquel que me traicionó, y me engañó, menos el que me usó,  me despreció o ignoró. Mi mejor amigo soy yo, así como también mi peor enemigo y el que más daño me haga, puedo ser yo misma.

El lograr ser amigo de uno mismo, no es para rechazar a los demás, sino para alcanzar, madurez y equilibrio, integración de mi persona.
 Ya que muchas de las cosas por las que sufrimos y que le echamos la culpa a todo, a las personas, las cosas, las circunstancias, y hasta el perrito que tenemos en casa.  Porque no hemos descubierto que la raíz está en nuestro interior, tanto de lo que no hemos superado y que nos está haciendo vivir, adoloridos o en confusión; allí también encontramos, nuestra mejores armas, talentos y capacidades, en fin toda la riqueza de nuestra naturaleza, pero hay que descubrirla, y el mejor espacio es la soledad.

Y en esto nos ilumina Richard Wagner: “únicamente en lo más profundo de mi mismo, encontraré la fortaleza necesaria, cuando fuera todo parece  empujarme a la amargura.”
Tal vez no somos lo máximo, pero si somos muy importantes, para nosotros mismos y para los demás.
A veces solemos caminar por la vida, conociendo gente, lugares, pero no a nosotros mismos. Y, qué difícil es ser amigo de un desconocido, qué difícil es confiar en alguien desconocido.
Cuando todos se van, se marchan, ya  sean personas, o sueños, ilusiones, etc. no todo está perdido, pues aún queda alguien, estás tú, y está Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario