DROGAS.
No falta quien se atreva a pensar que es un
lujo ser de vicios caros, al ser adictos a la droga. Aunque ahora ya no es cuestión de
clase social pues en todos los niveles se nos ha metido esta.
Sin
embargo no significa un lujo para mí, el pagar por algo, que lejos de ayudarme
a ser mejor persona, mejor miembro de la sociedad me lleve a la destrucción. Y
con esto quiero mencionar el caso de un chico, que por el consumo de drogas se
le daño el cerebro, y como consecuencia, actúa como un retrasado mental, no
puede hacer vida normal, no se pudo casar, y esta es su realidad, aún muchos
años después de haber dejado la droga, es decir, esta ya hizo lo suyo en él.
¿Y por esto he de pagar?
Pero todo el que busca encuentra, dice la
Sagrada escritura, pero hemos de buscar bien.
Porque todo lo que buscas y deseas, es decir tus más profundos anhelos de
paz, de serenidad, libertad, alegría, entusiasmo, fuerza comprensión, nuevas formas de canalizar y experimentar la
realidad, todo esto existe, pero hay que buscar bien, y no nos quedemos con la
idea vaga de lo que pudo ser, o con una idea chiquita y falsa de lo que en
realidad es.
Pero primero hay que preguntarnos, ¿qué buscó?,
¿Qué quiero?, ¿qué anhelo? Si estoy deprimido o deprimida, ¿qué necesito?
¿Comprensión, cariño, atención, o deseo morir? Es decir primero preguntarnos,
para partir de ahí en nuestra búsqueda.
La droga no es más que una estafadora, que nos
ofrece cambiar nuestra perspectiva de la realidad, y bajo sensaciones
agradables nos presenta las cosas desde la falsedad. Sin embargo sin ella es
posible vivir experiencias, reales, sanas, satisfactorias y muy duraderas.
Mientras que con la droga ¿cuántas horas te
sientes bien, 2, 3, 6, 12, 24? Y después, qué, ¿hay que correr para conseguir
otra?
Cuando es posible hacer realidad nuestras sanas
ilusiones, sin que estas tengan fin, se transforman, y es lo que lo hace más
emocionante, pero no terminan.
Es difícil dejar la droga, más no imposible,
para el ser humano mientras exista Dios todo es posible.
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