sábado, 20 de octubre de 2012

"Pinceladas de armonía en la mujer". Continuación de la semana pasada.



"COMO SANAR ESTA SITUACIÓN..."


Para ayudarte a sanar, observa todos tus actos a normales y relaciónalos con esta experiencia, y usando la razón, te ayudará a  encontrar luz y sentido, para poder empezar a sanar. Y no porque de pequeña o adolecente, hayas sido vulnerable, al ser engañada para este tipo de experiencia, significa que lo debas de ser siempre. Resiste, porque independientemente de lo que te haya sucedido, tú vales mucho, tienes un valor precioso ante los ojos de Dios.


Es normal que  en algún momento de este proceso, pienses que todos los hombres son iguales, y que no sirven más que para lastimar. Pero en realidad eso no es verdad. Cierto que existen algunos patanes y holgazanes, pero también hay grandes hombres muy sanos  y santos; muy  ejemplares, sólo date la oportunidad de conocerlos más.
Porque así como Cristo fue llevado a oscuras para ser flagelado, por los judíos, sin tener motivo alguno más que su soberbia y ceguedad, sólo desde ahí se entiende el haber sido llevadas a un lugar para ser ultrajadas. Mientras a Él  con látigo le pegaban y su carne le destrozaban, en nosotras  nuestro interior se desgarraba mientras  fuimos  abusadas. Y así morimos crucificadas a lo que  se era antes, para empezar a ser victimas usadas; pero ese fue un paso, el dolor, la flagelación, la violación, si, un paso humano en el que siguiendo a Jesús, Entregamos a los verdugos en manos del Padre, diciendo junto con Jesús “perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Sin justificarlos, sino como una manera de buscar consuelo, en el único que puede darlo. Dios, nuestro Padre celestial. Porque es el único que sabe la magnitud de este tipo de experiencia tan dolorosa.
Ahora entreguemos el espíritu, como Jesús para resucitar junto con El, ya  desde esta vida. Diciendo con toda el alma,”_ Padre estoy destrozada, no quiero vivir, pues ya no tengo esperanza, ni ilusiones, pero en tus manos me entrego, sáname o moriré. Ten paciencia, que te aguarda una nueva vida, vida de resurrección. Y cuando esto suceda, a Dios le darás gloria, por haber permitido que en algo te parecieras a Cristo, y muerto con El resucitas con él, entonces podrás disfrutar de un gozo sin igual, gozo sobrenatural, que sólo da Dios, a aquellos que lo siguen en su pasión, mueren con él, y con la esperanza de resucitar con él.

Dios no quiso ni eligió para ti esta experiencia, fue fruto del mal uso de la libertad de alguien, y es más, cuando esto sucedió, Dios fue quien más lloró, el que más se lamentó, y nunca se ha alejado de ti, siempre ha estado suspirando, con tener la oportunidad de encontrarse contigo, cargarte en sus brazos, y con las lagrimas de su amor tierno y misericordioso, desea embalsamar tus heridas.
Mujeres tenemos mucho que obrar, pero primero es necesario sanar, de lo contrario, sólo vamos por la vida contagiando nuestro mal.

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