sábado, 13 de abril de 2013

Por los niños..."Un alma pide auxilio"




Detrás de su mirada.


 


A un niño sólo basta observarlo un instante y te envuelve con magia; esa magia de la ternura, dulzura, alegría. Ese brillo en los ojos que te hace amarlos, esa mirada tan profunda y transparente, que te deja ver todo su interior; y algunas veces dice con esa mirada: -“yo no fui, no me juzgues, no me culpes, sólo mírame, y bríndame  comprensión y cariño, que tanta falta me hace.”
Con otra mirada, es como si dijeran: -“no soy malo, no soy grosero, me han enseñado a ser así, yo quiero ser bueno, pero, ¿quién me enseña? Mírame, estas cansado o cansada, cuanto daría por ayudarte, pero no sé cómo y no puedo, soy muy pequeño, mis manos tan pequeñas no hacen cosas grandes, mis pies tan pequeños no dan pasos grandes, aunque los dan rápidos.”
-“¿me ves sucio y desarreglado y por eso no me hablas o por eso me desprecias? ¿Sabes? No sé cómo arreglarme, si me pides que lo haga tal vez no te obedezca, pero no por malo, es que no tengo ese hábito. Pero, te necesito, y si tú me enseñas con paciencia, lo aprenderé.”
-“¿sabes? Rompí un cuadro el otro día, no sabía que al brincar y toparlo se caería. Tú me gritaste y me reprendiste. Tú pensaste que yo sabía lo que sucedería, que lo hice a propósito, y no, yo no sabía. Ciertamente me olvidé de tener cuidado. Perdóname, ¿sabes? Hay muchas cosas que no entiendo y por eso es que pregunto y pregunto. Tú ya sabes que soy tan pequeño y a mi corta edad, no logro comprender muchas cosas de este mundo.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario