=Primer paso: creer=
El primer paso es creer, _”Y así como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así ha de ser levantado el Hijo del Hombre para que todo el que crea
en él tenga vida eterna. Porque tanto
amó Dios al mundo que dio a su hijo único, para que todo el que crea, no
perezca, sino que tenga vida eterna”. (Evan. San Juan, 3,14 y 15.)
Este es el primer paso, creer. Sí, creer que de Dios venimos y a Él
vamos, que Él nos envío a su hijo único, que se hizo hombre como nosotros, para
comprender a fondo nuestra condición, dolencias y fragilidad.
Creyendo en este hijo suyo, Jesús, por medio de él alcanzamos la vida
eterna.
Es decir alcanzamos la vida pero no por un momento, y mientras no haya
dificultades, sino para siempre, y a pesar de los momentos difíciles que
puedan surgir.
Creer, que “Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta
y viva” (como dice la Biblia). Y tanto pone Dios su énfasis en la salvación del
pecador, _que somos todos, que a demás que nos mandó a su hijo único, quien nos
dejo el testamento del amor, día a día sigue suscitando santos, para
recordárnoslo a través de la experiencia de encuentro que tuvieron con él, compartiéndola
con los demás atravez de la fe,
esperanza y caridad.
Cuando creemos en Jesús, por más fuerte que sea la tormenta, no
perecemos, aunque a veces pareciera que ya estamos perdidos y que sólo nos
sostiene un hilito. Pues ese hilito es y lo fortalece Dios. ¡Ánimo y confianza!
Es que como humanos, no somos perfectos, somos débiles y vulnerables y
en diferentes manifestaciones, pero no todos somos consientes.
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