“Santa
Teresa”.
Teresa es una
mujer que surgió en el siglo XVI,
Y no ha muerto,
Pues ha permanecido viva
en el corazón del
Carmelo y en el de cada ser.
No es una
anciana de sesenta años,
ni una joven de 18.
Ella tiene la
edad madura
para utilizar correctamente la razón.
Tiene la edad perfecta para
actuar segura,
tiene la edad propicia para hacer
una perfecta oración; para
amar a Dios
y a sus hermanas desde el fondo del corazón.
Es monja y es
madre,
Una hermana
alegre en cada tarde,
ella surgió y no murió.
Lento, pero va
avanzando
con el mismo corazón palpitando,
por amar y seguir amando,
por dar y
seguir dando.
Lo que menos
haría en este momento,
es estarnos juzgando,
sino darnos las armas necesarias
para seguir avanzando
en este mundo de hoy.
Sí, en el mundo
que va girando
y seguir siendo ella, en cada vuelta
que este va dando;
No como fósil o
personaje de la historia
sino como mujer viviente,
Mujer latiente,
que en el mundo de hoy,
en este siglo XXI sigue con el corazón ardiente,
para
darle a Cristo y a la Iglesia, lo mejor como cimiente.
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