El centro.
Dios es el centro de
nuestra vida, y sólo atravez de él, somos; sólo atravez de él tiene sentido la
vida, desde la que aparentemente aparezca como la más miserable, hasta la más
exitosa.
Desde mi experiencia,
el día que ignoré la presencia de Dios en mi vida, conocí la perdición. Y el
día que con su gracia, volví a tomar
conciencia de su presencia en mi vida, y aceptarlo; conocí la bendición, la
dicha, el sentido, la libertad, en fin. Me atrevo a decir que fue cuando mi
vida cambio, y desde entonces ha ido de bien en mejor.
No se puede medir sólo
con palabras la cantidad de beneficios, que se adquieren al vivir, en, y desde
Dios, en cualquier estado de vida. Es toda una experiencia.
Por eso cuando
pensamos en que el sexo es lo máximo, y lo vemos como una montaña elevada y nos
decidimos a escalarla, con relaciones sexuales
fuera del matrimonio, una y otra vez esperando encontrar una satisfacción
plena, pero después de cada acto sólo experimentamos vacío y suciedad. Y luego
poco a ´poco se va cayendo en el extremo de pasar por encima de la dignidad de
los demás, creyendo encontrar lo nuestro con actos realmente aberrantes.
Es así como creemos
haber llegado a la cima de la montaña del sexo, y vemos que en realidad no hay
nada, todo es árido y seco. Todo nuestro esfuerzo por conquistarla fue una
pérdida de tiempo; y al contrario, nos encontramos con las graves consecuencias
que hemos dejado a nuestro paso.
Y es que creímos estar
yendo hacia arriba, cuando en realidad, fuimos a lo más bajo y profundo de
nuestra miseria. Es cuando entonces experimentamos la desdicha y el sin
sentido podemos caer en la desesperación
y pensar en la torpe tentación del suicidio.
Pero, es que lo que
quiero dejar claro, es que en el sexo
nunca vas a encontrar, sentido y valor existencial, tal vez placer momentáneo, pero no pleno. Ya que este
se encuentra desde una experiencia de amor, como ya he mencionado
Tal vez nos parezca
conservador y muy aburrido, anticuado el pensar en Dios, y el proyecto de amor
como solución para encontrar sentido y plenitud a nuestra vida. Sólo haz la
prueba y cambiarás de opinión.
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