sábado, 7 de febrero de 2015

"SEXO, DROGAS Y ALCOHOL"



                        El centro.



Dios es el centro de nuestra vida, y sólo atravez de él, somos; sólo atravez de él tiene sentido la vida, desde la que aparentemente aparezca como la más miserable, hasta la más exitosa.


Desde mi experiencia, el día que ignoré la presencia de Dios en mi vida, conocí la perdición. Y el día  que con su gracia, volví a tomar conciencia de su presencia en mi vida, y aceptarlo; conocí la bendición, la dicha, el sentido, la libertad, en fin. Me atrevo a decir que fue cuando mi vida cambio, y desde entonces ha ido de bien en mejor.

No se puede medir sólo con palabras la cantidad de beneficios, que se adquieren al vivir, en, y desde Dios, en cualquier estado de vida. Es toda una experiencia.

Por eso cuando pensamos en que el sexo es lo máximo, y lo vemos como una montaña elevada y nos decidimos a escalarla, con relaciones sexuales  fuera del matrimonio, una y otra vez esperando encontrar una satisfacción plena, pero después de cada acto sólo experimentamos vacío y suciedad. Y luego poco a ´poco se va cayendo en el extremo de pasar por encima de la dignidad de los demás, creyendo encontrar lo nuestro con actos realmente aberrantes.

Es así como creemos haber llegado a la cima de la montaña del sexo, y vemos que en realidad no hay nada, todo es árido y seco. Todo nuestro esfuerzo por conquistarla fue una pérdida de tiempo; y al contrario, nos encontramos con las graves consecuencias que hemos dejado a nuestro paso.

Y es que creímos estar yendo hacia arriba, cuando en realidad, fuimos a lo más bajo y profundo de nuestra miseria. Es cuando entonces experimentamos la desdicha y el sin sentido  podemos caer en la desesperación y pensar en la torpe tentación del suicidio.

Pero, es que lo que quiero dejar  claro, es que en el sexo nunca vas a encontrar, sentido y valor existencial, tal vez  placer momentáneo, pero no pleno. Ya que este se encuentra desde una experiencia de amor, como ya he mencionado

Tal vez nos parezca conservador y muy aburrido, anticuado el pensar en Dios, y el proyecto de amor como solución para encontrar sentido y plenitud a nuestra vida. Sólo haz la prueba y cambiarás de opinión.

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