lunes, 29 de agosto de 2011

El niño.

El niño:

   ¿Quién es?
-es el ser más hermoso, más sincero, sin malicia, ni vanidad, tan blanco, tan limpio, inocente, indefenso.
-es luz, alegría, es angustia, es melancolía, es desesperación, es felicidad, es sorpresa, lo es todo.
Para algunos es bueno, y para otros equivocadamente, es malo, pero en fin el niño vale mucho.
Dios se esmeró en crearlo, en ponerle tantas características, y nos lo hace llegar como una oportunidad para sacar todo lo bueno que traemos en nuestro interior y compartirlo con ellos.
-Es un rayo de luz en la oscuridad, es un clavel, dolorosamente y muchas veces, entre espinos.
_Es aire hermoso y cálido en el atardecer.
_Es… como una nube densa, de algodón,…o como un corderito corriendo entre los prados.
En los días de desesperación, el se presenta ante nosotros con una gran calma y tranquilidad, como la que nos transmite el inmenso mar.
En los días de tristeza él viene a nosotros y con un sencillo salto nos alegra el día. A la mañana siguiente, se levanta con mucha energía como el sol, para iluminarnos todo el día.
Él, el niño, ese ser que los adultos muchas veces rechazamos, ignoramos, o simplemente  no escuchamos, tal vez porque nos quita tiempo, o porque es tan sincero, que nos dice nuestras verdades, crueles verdades que no aceptamos; por eso mejor lo regañamos, por decir cosas que, supuestamente no son de su edad.
Pero, ¿qué estamos haciendo por ellos para que vivan su infancia como les corresponde? ¿Qué hacemos para que jueguen e imaginen el mundo a su manera? ¿Qué herramientas le estoy dando? Si es que se las estoy dando, ¿son para que disfrute o para que se amargue?
Me atrevo a pensar que no siempre es muy positivo lo que les estamos heredando, ya que desde a temprana edad les enseñamos la ira, la impaciencia, la desesperación, la venganza,  la mentira, el egoísmo, etc.

No hay comentarios:

Publicar un comentario