lunes, 16 de enero de 2012


18.-Virtudes.


 He aprendido que las virtudes no están peleadas, van relacionadas, y esto es lo que contribuye a la armonía.
El juzgar, reflexionar, meditar y discernir, son actos de la inteligencia y voluntad, lo que no es válido es el condenar.
Si conoces las virtudes, no por intelecto, sino por experiencia, te será fácil identificarlas antes de condenar a alguien.
La prudencia y la sinceridad, no están peleadas, son parte de una integración de valores y trabajo emocional. Porque el ser sincera no significa que me olvide de la prudencia, y me dedique a hablar sin medir consecuencias o la trascendencia de lo que diga.
La prudencia no hace a la persona falsa, sino al contrario la une con la sabiduría, para hablar y denunciar en el momento adecuado, y discernir los momentos inadecuados en los que lejos de ayudar, se puede acomplejar la situación.
El ser sincera y transparente, no debe aniquilar a la sabiduría, a la delicadeza, y menos a la humildad.
Es decir, cuando hay una sana  relación de amistad, hay armonía, hay respeto, delicadeza, ternura, prudencia, sinceridad, transparencia, confianza etc.
El considerar que por tener una virtud, ya sea sinceridad, transparencia, o prudencia, signifique que ya la hicimos, es inconcebible. Pues con una sola virtud no se puede crear  armonía, pues esta la integra la diversidad.


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