domingo, 29 de enero de 2012

 

Inmaduréz.


Es un signo de inmadurez en una persona adulta, el hecho de tener conductas y actitudes basados en puros caprichos, voluntarismos, semejantes a los niños de 4 o 5 años.
Cuando  buscamos hacer la propia voluntad, sin importar lo complicado que pueda ser, no se cae fácilmente en la cuenta de que le estamos complicando la vida a los demás, y no se vale.
 Porque habiéndonos puesto, Dios, a nuestro alcance los adelantos de la ciencia, y con ellos muchas armas e instrumentos, para enfrentar los retos y desafíos que nos presenta nuestro cuerpo y nuestra mente, es decir toda nuestra persona, lo rechazamos, y nos aferramos  a que se haga nuestra voluntad. Esto es puritita inmadurez.
Mientras  más te enredes con los hilos gruesos o delgados de tus caprichos y voluntarismos, sin ver más allá, y sin ver a los demás, te estás apartando de la verdadera libertad.

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