domingo, 23 de diciembre de 2012



La gran oferta y sus consecuencias.

 

Ah, pero ya se lo que ofrece el mundo de hoy en charola de plata: sexo, drogas, alcohol, diversión, libertinaje; todo se vale. ¿Qué más puedes pedirle a la vida?
 
Pues mucho, porque eso que se vive, o eso que vives no es más que una falsa ilusión, que se acaba, trayendo graves consecuencias, enfermedades venéreas y mortales, cárcel, suicidios. Una posible corriente de dolor desgarrador, y  que te lleva a la pregunta, ¿esto es la vida? Por supuesto que no, esas son consecuencias de vivir de falsos refugios.

Después del sexo sin amor no queda más que asco y vaciedad, aún después de creer haberlo disfrutado.
 
No quiero decir con esto, que satanicemos a las diversiones, pues tampoco pretendo que todos se hagan monjes o monjas. Sino  que hagamos uso de nuestras facultades, en especial de la inteligencia para discernir, entre lo falso y lo verdadero, y optar por construir sobre lo verdadero. Si, es decir; no me voy a ir al infierno, sólo por ir a bailar, o sólo por tomar una copita de vino, o una cerveza, o un tequila. Aprendamos a hacer uso adecuado de las cosas con equilibrio y dándoles siempre su lugar, cuando sólo son medios o cuando en realidad son valores humanos. No te quedes estancado en sólo el entretenimiento, sino busca la esencia de las cosas,  aquello que te haga ser  más y mejor persona, que te haga crecer y trascender.


 La vida con profundo y verdadero sentido, se vive con respeto y dignidad, hacia ti mismo, y hacia los demás.

 Sí, somos muy importantes, y no es grato observar cómo nos llegamos a comportar, como objetos, o como basura utilizando y siendo utilizados para el placer a través de las relaciones sexuales, por lo que parece que no significamos nada para la otra persona, ni le interesamos en lo más mínimo, sólo le interesa el placer que pueda sentir con nuestros genitales. Que cuando dejen de servir, en el caso de los hombres, que ya no puedan tener una erección, se les tira a la basura, pues ya no sirven: aunque ellos todavía sientan deseos, ya no satisfacen, de ahí surge posiblemente la tristeza, la angustia, la ansiedad. Pero eso no es el sentido para el que existimos, existimos para algo mucho más allá de lo que podemos imaginar. Somos seres racionales, no debemos  dejarnos engañar con algo que ahora probablemente puedas disfrutar, pero que tarde o temprano termine mal, con frustración, arrepentimiento, etc.

Pero, hoy estás a tiempo. Hoy  “di no al sexo desordenado, y SÍ AL AMOR CON FIDELIDAD. Di no al alcohol en exceso, di no a las drogas”; y disfruta del mar, el sol, la lluvia, las estrellas, etc. y di si a la belleza de la creación. DI SÍ A LA VIDA Y UTILIZA LA INTELIGENCIA, LA MENTE, LA RAZÓN, LOS SENTIMIENTOS Y EL CORAZÓN.
 

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