lunes, 21 de noviembre de 2011


14.- Delgadez.


Actualmente mucha gente se preocupa por lucir un cuerpo delgado y esbelto. Sabemos que con una dieta balanceada y ejercicio lo podemos lograr.
Aún con esta respuesta, mucha gente sufre al no obtener resultado. Pero es que no saben que los buenos resultados son frutos de fortaleza y de voluntad, ejercitadas con disciplina.
Sí, para ser perseverante en el ejercicio, necesitamos planear y respetar un horario de ejercicio, mínimo o máximo dependiendo del tiempo que se disponga. Lo mejor es empezar con lo mínimo, pero firme y seguro. 10, 15 o 20 minutos de caminata, o trotar todos los días con un horario, favorece la voluntad.
Muchas personas piensan que para bajar de peso, siempre es necesaria una dieta especial, con productos especiales y de determinadas marcas, por lo que económicamente no siempre puede ser accesible. Yo pienso que una alimentación balanceada, y sostenida con el ejercicio de la voluntad da excelentes resultados.
Y, para esto a mí me ha ayudado mucho la frase de San Juan De La Cruz, “no a lo más sabroso, sino a los más desabrido”.  Me funcionó de la siguiente manera: _si en una cena ofrecen, tacos, ensalada y quesadillas, suponiendo que la ensalada no sea de mi agrado, sólo las quesadillas, sino estuviera ejercitada en la voluntad, tomaría 3, 4 o hasta 5 quesadillas, si procedo así, dejándome llevar sólo por lo que me gusta, no estaré favoreciendo ni mi salud, ni mi volumen.
Pero al tener siempre presente, la frase de San Juan, primero opto por lo que no me gusta, por lo que tomo mejor, un poco de ensalada, y uno o dos tacos, y de esta manera estoy consumiendo lo que mi organismo necesita, y si me quedo con hambre tomo otra vez lo que no me gusta por lo que me serviré de manera prudente. Prosiguiendo con esta técnica, después de un determinado tiempo, empecé a combinar, tomando siempre primero lo que no me gusta, y después con menos espacio consumir lo que si me gusta.
Pues pienso que para saciar el hambre, el estomago tiene un límite, y de esto nos podemos dar cuenta fácilmente, pero para saciar el gusto, es difícil, pues es insaciable. Influye mucho la cantidad y la calidad de lo que se consume. Siempre y cuando la calidad no sea medida sólo por el paladar, pues te quedarás pobre. Sino que hay que medir la calidad, por las convicciones internas, de comer lo que es sano y nutritivo para el cuerpo.
Ejemplos de  actitudes de personas sin ejercicio de voluntad: 1.-son personas que cuando les dan algo que no les gusta, comen poquito, hacen expresiones faciales de desprecio y descontento, anhelando recibir lo que sí les gusta para darse un atracón, pero después les remuerde la conciencia y empiezan desesperadamente a hacer caminatas, a ingerir mucha agua, etc.  En primer lugar  la tensión como han dicho los médicos, es enemiga de la salud. Porque el organismo lejos de soltar, se aprieta, se contrae, y pues así no se puede eliminar lo que se desea.
2.- hay otro tipo de personas que cuando no les gusta la comida, entonces se les ocurre hacer dieta, y no comen sólo ingieren lago muy ligerito, se retiran de la mesa y a las dos horas ya están llenas de ansiedad, andan picando de todo. Lo poquito que se limitaron a ingerir, bajo pretexto de que esta muy grasoso, ahora resulta que ya ingirieron lo triple en sus constantes picaditas. Y cuando hay algo que si les gusta, ni siquiera piensan en los demás, y luego desesperadas en pleno frio, andan poniéndose hielo en el abdomen, empiezan a cambiar sus alimentos por suplementos alimenticios, y lo peor de todo es que ni con esto bajan de peso, siguen igual.
También influye en nuestro organismo, nuestra disciplina del sueño.  Pues hay personas que comen mucho, duermen mucho, tanto en el día como en la noche, y luego se preguntan  acerca del porqué de su volumen.  El cuerpo responde a la educación que le damos.
A veces se vive con rigorismo, a base de dietas fuertes que dejan el rostro triste, con expresiones de frustración y amargura. Lo que no sucede con un buen ejercicio de voluntad.

Pues  la persona con dominio de sí, está tan serena, disfrutando de lo que no le gusta  y optando a veces por lo que si le gusta, come felizmente sin preocuparse si subirá o no, de peso. Porque ella elige qué comer, y cuándo darse sus gustitos, pues ella tiene el control, por lo que no fácil se  dejarse arrastrar. Y juntamente con la disciplina que lleva de ejercicios, la ayudan a sentirse y verse bien. Con un rostro siempre sonriente y satisfecho de lograr sus expectativas de la forma más sencilla y sana, a la vez que adquiere mucha ganancia en los demás ámbitos de su vida. Sabe que puede alcanzar más, pero está muy consciente que lo suyo no es una obsesión, sino una opción, una elección.

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