Señor escúchame, ten piedad y misericordia de nosotros. Es cierto que esta es una purificación que nosotros nos hemos ganado, porque nos pervertimos, nos hemos materializado, nos dejamos llevar por la mercadotecnia y nos hemos deshumanizado.
Hemos idolatrado a la fama, al dinero y al poder, y de ti, nos hemos olvidado. Aunque a veces mencionamos tu nombre y visitamos tus santuarios, nuestro corazón se encuentra alejado. Reconozco Señor que entre nosotros hay muchos que en la limpieza e inocencia se han conservado, apiádate de ellos, y de nosotros que hemos pecado.
Señor, creció entre nosotros la cultura de muerte, porque nosotros le abrimos el paso.
Pero, hoy, Señor todo se ha derrumbado, y se nos viene abajo. Ya no tenemos a quién acudir, y nadie nos puede salvar, ni de la miseria, menos de la enfermedad. Por eso acudimos a Ti, pidiendo misericordia y piedad, para estos hijos tuyos que se habían portado mal, pero que hoy, a tus cuidados quieren regresar. Por tu amor tan sin igual, ¡escúchanos Espíritu Santo! ¡Escúchanos Jesucristo!, ¡escúchanos Padre celestial! Misericordia y piedad te suplicamos amantísima Trinidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario