Existen mujeres que en verdad merecen nuestra admiración,
porque le llaman al pan, pan, y al vino, vino.
Las cosas por su nombre,
arriesgando en nombre de la justicia y de la verdad, y ¿sabes que ganan? Ser autenticas,
ser realmente mujeres valerosas, como por ejemplo la periodista, que mencioné
hojas atrás, que no se qué religión practique , pero lo que si se, es que como
mujer, humana y comprometida con su vocación da mucho que enseñar, sobretodo en
un ambiente en donde el quedar bien con los de arriba, es salir ganando, ella
hace un lado esta mediocridad, y avanza con seguridad, hacía la verdad, que
Dios la bendiga.
Mujeres yo creo que el reto ha sido la equidad, poniéndolo
como escalón, el reto ahora que sea
nuestra integridad.
Ese si es un gran desafío, porque escalar sólo en una
profesión, sólo en lo moral o espiritual, o intelectual, cualquiera lo puede
lograr, a base de esfuerzo, sacrificio y constancia; pero lograr integrar todas
las capacidades, cualidades, y dones de nuestra naturaleza, así como nuestras
debilidades en una sola pieza, es de
pocas.
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