lunes, 24 de junio de 2013



El placer por el placer…

 Resulta entonces que el enemigo, no es el otro o la otra, sino yo mismo, al no ser el primero en respetarme, ya que por un momento de placer pongo en fuego todo mi ser, o en juego en el que tarde o temprano, o pierdo o salgo quemado.
  
El primero al que se debe perdonar para alcanzar la paz y la armonía, es a uno mismo. Lo ideal cuando se es difícil o no se sabe como iniciar para tener un encuentro consigo mismo, es pedir ayuda.
  El puro placer, por el placer, no te va a dar nunca una consecuencia positiva, aunque Dios sabe sacar de los males bienes, es mejor no arriesgarse.
  
Búscate a ti mismo, date esa oportunidad, de encontrarte a ti mismo, encontrarás más de lo que te puedes imaginar, entonces podrás comprender que el mundo tiene una manera de girar, y cuál puede ser su final, sólo así podrás comprender y relacionarte mejor con los demás.

Sólo así sabrás poner en juego tus grandes cualidades, como tu fidelidad, el cuidado de tu dignidad, tu generosidad, valorándote y valorando a los demás, cuidando de no abusar de la amistad,  y dejando de actuar sólo por el instinto animal, y sin que te dejes dominar por tu instinto sexual; sino que empezarás a disfrutar con armonía sin usar, ni que te usen  puedes aspirar a una buena y sana relación sexual. Que este en sí es un acto bueno y sabroso, siempre y cuando se de cómo mencioné anteriormente: con generosidad, con respeto, para ti y la otra persona, y teniendo siempre en cuanta que ese momento tan sabroso implica una responsabilidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario